miércoles, 11 de noviembre de 2009

el abuelo Eddie

No sé si recuerdo su cumpleaños, las fechas se vuelven confusas en mi memoria… sé que recuerdo los momentos más felices de mi infancia y el más duro el día que se fue, una noche de abril.

Conservo muchas cosas de él, la mayoría en el corazón y en la memoria, otras en papel… de ese que se va poniendo amarillento y oliendo a viejo.

Al día de hoy, no puedo pasar por la esquina donde estaba su casa después de que la demolieron y con ella nuestros recuerdos en su biblioteca, ahí donde nos escondíamos de todos.

Tuve que compartir su presencia con otros 32 sujetos… pero su esencia, sus secretos, sus travesuras, sus mejores momentos son sólo míos.

Han pasado más de 20 años y todavía lo extraño, todavía busco su presencia. En los momentos más importantes me hace falta escucharlo y reír con él.

Leo porque él me enseñó a amar la lectura, escribo porque nos heredó la magia de las palabras, quise ser abogada porque él lo fue (claro, luego conocí el sistema jurídico mexicano y ya no me gustó). Incluso hay muchas cosas en mi que apenas ahora descubro que son rasgos de su personalidad, sólo que era yo muy pequeña para darme cuenta. El gusto por la docencia (heredado también en mi padre), el sarcasmo, el humor negro.

Fue como un personaje de novela, subió a un barco para ir hasta Europa a alcanzar a la mujer de su vida, así sin dinero, ni nada más que el corazón. Conquistó una familia, la hizo suya y construyó otra. Una familia enorme que al día de hoy conserva el gran valor de estar juntos, al menos una vez al año repetimos la tradición que él, junto con su compañera de vida, creó para nosotros. Y conservamos la ilusión de que él preside la mesa.

Dice mi papá que si me viera ahora estaría muy orgulloso de mí. Quiero pensar que al menos me daría un coscorrón, tomaríamos un último Campari a escondidas de la familia y entraríamos del brazo al comedor, con nuestros secretos a rastras y la complicidad en la mirada.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No es mi abuelo precisamente, ni ha muerto... es mi padre al cual añoré en el momento de leer del abuelo Eddie.
Desde niña fuimos cómplices, de esos que no necesitas palabras para saber que quiere, que necesita o en que piensa. Siempre fue mi gran amigo, mi compañero, mi consejero y mi todo.
Hace unos años algo nos pasó... no se que fue, lo sospecho pero no estoy segura. Empezamos a ver la vida completamente distinta, a tener puntos de vista opuestos y creo que en ese momento, en esa soledad, me di cuenta que estaba llegando a ser adulto. Mi gran héroe empezaba a tener defectos. En mi vida él es una parte fundamental y no por ser mi padre, sino por ser un tipo esepcional. Hoy lo extraño, siento un gran vacío, y al leer el abuelo Eddie simplemente decidí que lo iba a recuperar, no quiero vivir un día sin él. Ahora él es abuelo y quiero que sus nietos disfruten lo que tú disfrutaste con el tuyo. Besos Miss

Anónimo dijo...

No es mi abuelo precisamente, ni ha muerto... es mi padre al cual añoré en el momento de leer del abuelo Eddie.
Desde niña fuimos cómplices, de esos que no necesitas palabras para saber que quiere, que necesita o en que piensa. Siempre fue mi gran amigo, mi compañero, mi consejero y mi todo. Hace unos años algo nos pasó... no se que fue, lo sospecho pero no estoy segura. Empezamos a ver la vida completamente distinta, a tener puntos de vista opuestos y creo que en ese momento, en esa soledad me di cuenta que estaba llegando a ser adulto, mi gran héroe empezaba a tener defectos. En mi vida el es una parte fundamental y no por ser mi padre, sino por ser un tipo excepcional. Hoy lo extraño, siento un gran vacío, y al leer el abuelo Eddie simplemente decidí que lo iba a recuperar, no quiero vivir un día sin él. Besos Miss

Miss Congeniality dijo...

tal vez nunca vi los defectos de mi abuelo porque se fue demasiado pronto. Con mi padre me ha pasado lo mismo que a ti, conforme crecí me di cuenta de que no es perfecto, pero entonces empezamos a encontrar una forma de convivencia diferente. Al final, siempre habrá eso que nos hace ser tan cercanos, tener esa conexión especial... eso no cambia entre un padre y su hija.
Para mi, ha valido más darme cuenta de que no es perfecto pero si es único, como tu dices excepcional.
De corazón espero que reencuentren esa relación, un día (por tu culpa je) les contaré lo que mi padre es todavía en mi vida...